La inyección de Botox se realiza en el consultorio del médico, generalmente sin anestesia. Sin embargo, se puede aplicar una crema anestésica en el área de tratamiento. Los pacientes pueden experimentar algunas molestias mínimas por la inyección de la aguja.
Dependiendo del alcance del tratamiento, el procedimiento puede tardar desde unos minutos hasta 20 minutos. Por lo general, los pacientes regresan a casa poco después de que se complete el tratamiento.
La selección de los puntos de inyección es fundamental para el éxito del procedimiento. Los puntos de inyección se marcan primero con un lápiz de marcado.
El médico puede seleccionar numerosos puntos de inyección para cada ubicación a tratar. Estos puntos pueden no estar ubicados en la arruga en sí, sino en el área donde se contrae el músculo.
También se aplica antiséptico. Luego, el médico determinará la cantidad de Botox que se utilizará para el procedimiento. El relleno de Botox se inyecta luego en los puntos marcados debajo de la piel.
Las toxinas en el Botox se unen a las terminaciones nerviosas de los músculos, lo que inhibe la liberación de la acetilcolina química. Esto detendrá las contracciones musculares que arrugan la piel. Los resultados suelen ser evidentes en una semana y duran entre tres y cinco meses.