Como su nombre indica, el nervio oculomotor suministra la mayoría de los músculos que controlan los movimientos oculares. Por lo tanto, el daño a este nervio resultará en que la persona afectada no pueda mover el ojo normalmente. Además, el nervio también suministra el músculo superior del párpado y los músculos responsables de la constricción de la pupila. El paciente con este tipo de parálisis generalmente desarrollará estrabismo y visión doble.